lunes, 15 de abril de 2013

BONITAS SALIDAS NO SIEMPRE SE COBRAN PIEZAS A UN ASI GUANDO UN GRATO RECUERDO



                     BONITAS  SALIDAS
          NO SIEMPRE  SE COBRAN PIEZAS
A UN ASI GUARDO UN GRATO RECUERDO

Uno de esos pocos días de caza, que mi mujer y yo coincidíamos, solía ser un jueves al mes.

Claro está, toda la semana  preparándolo. Remolque, coche limpio y toda la indumentaria, dentro de los pertrechos se incluye el desayuno y la comida.

Un desayuno a lo grande
 En este coto teníamos dos tarjetas la de mi padre y la mía .
Normalmente cuando es la época de codorniz, si vamos  todos, desayunamos en la  Cueva lugar de reunión de muchos cazadores de esa zona,  claro donde yo me encuentro como pez en el agua con mis modelitos de ultima pasarela jajaja…
Esos días que solo vamos Mila y yo llevamos el termo con el cola cao, las pastas , el zumo, esto para desayunar.  Y para la comida la tortilla de rigor y los filetes rusos o empanados (de hebra de cerdo) malas costumbres de camarero, que termina uno  deformado.
Pues nada desayunamos en el cazadero,  salimos de caza, un día precioso, una señora paliza, con un día de esos que yo digo al salir (hoy es un día para triunfar).Las dimos un sinfín de vuelos, me estoy refiriendo a las Perdices, que era lo que tocaba ese día.
Bonito cazadero
Daba la impresión que las hubiesen cazado el día anterior, no se dejaban ni ver, solo las oíamos, cazábamos unas zonas con mucha mata de roble encina, y algún cárcavo donde suele haber conejos.
Como disfrutamos
Nada de nada. Des pues de cuatro o cinco horas, ni ella ni yo  habíamos realizado un disparo.

Somos mas que compañeros
Nos bajamos a comer, congestionados, nos esperaba  un buen refrigerio, kás de limón con cerveza  y frutos secos, eso lo primero, luego un poco de vino de aguja,(cresta rosa) con la comida.
Como unos señores de los de andar por casa, eso si, orgullosos de ser  como somos, no necesitábamos más.
Buena comida y buena compañia
Terminamos de comer, postre incluido, que para eso llevo remolque, para que no nos falte de nada, para un día al mes que podíamos  ir  juntos.
Una vez que reposamos la comida, dimos una vuelta  de una hora,  la Salió la Libre a Mila, no pudiéndola tirar, porque al momento se dejo caer por un cortante.
(esta liebre la cobre yo el último jueves de la temporada)  nada que no era nuestro día de cobrar piezas ,pero fue un gran día.
Con esto me conformo
Cuando llegamos a casa, nos estaba  esperando  nuestro hijo en el portal, para subir las posibles piezas y enseñarlas.
Nene hoy nada.

Otra de las salidas con gratos recuerdo la efectuamos  en un nuevo coto, era nuestro primer año en esos terrenos, y desconocimos la tendencia  de las perdices una vez voladas.
Desayunamos, en el lugar de reunión habitual de todos los cazadores  que disponen de un coto en un radio de cuarenta kilómetros, se llama la Cueva, en Alar del Rey  bar de carreta que cuenta con una gran aceptación  por parte de la mayoría de cazadores .

Espacios sin nombre
Yo llevo desayunando más de 36 años.
Tengo que decir que los dueños (dos hermanos) tienen  el cielo ganado (si le hay), pues los ponemos a caldo, todos los días  todos los que entramos, según nosotros tienen  los precios más caros de todo Palencia y Burgos.
Sus hojaldres, son míticos, los realizan las Monjas del Monasterio San Andrés de Arroyo  llevan miel de relleno, todo un lujo. No puedo decir como los llamamos…..
Pues una vez desayunado, fuimos al cazadero a siete kilómetros, situamos el coche al lado del depósito de agua de la traída, y nos separamos treinta metros.
Una ladera de Pinos, en frente matas de Roble Encina, yo recorrí todo el Pinar hasta su cabecera tenía un macho de perdiz, que no callaba, dos veces que intente acercarme, salía y solo percibía  su sonido lejano.
Mi señora estaba enfrente del  pinar esperando a que yo bajara de la ladera. Yo  había realizado un solo disparo, pero fallido. Movimos toda la mata de Encinas, salieron dos parejas y una sola, nada las perdíamos y no volvíamos a levantarlas.
Mi braca Dina y mi Caballero Inbles  Toño
Se acercaba el medio día, habíamos visto siete u ocho perdices sueltas, pero ninguna cobrada.
Teníamos enfrente nuestro dos perros latiendo una liebre, y dos cazadores posicionados, nos sentamos para ver bien toda la faena, y me recordó lo que me había contado Toñin, un compañero de mi  coto  actual,
 Un suceso de la  temporada anterior en aquel coto.
Me conto  que una mañana escuchaba el  levante de una liebre, y veía como los perros la llevaban  delante, cual es su sorpresa que ve  venir la liebre en dirección a la  ladera donde estaba, en esto que escucho dos detonaciones.
Salen de detrás de una mata dos cazadores,  ( son hermanos, los conozco ) recogen la liebre y se van alejando, los perros llegan  y en unos minutos llega  uno de los propietarios de los sabuesos al lugar donde  se supone estaba   la pieza, los perros dando vueltas y el cazador no veía nada.  Al ver a los cazadores alejarse les llama desde lejos, ellos  como el que no escucha , se siguen alejando.
El cazador de liebre se adelanta corriendo y alcanza a los cazadores, Toñin viendo toda la escena, vio la discusión un buen rato, pero al final,se llevaron la liebre.
No daba  crédito a lo visto, ni siquiera se la han dejado morder a los perros. Hay una ley no escrita que por lo menos deben dejar morder la pieza a los perros que la habían levantado. Toñin  pensó  que los que  la habían tirado y cobrado habían visto todo el proceso  de cómo y porque la liebre había llegado allí.
Son de esas cosas que te marcan, no se olvida fácilmente una escena como esa. Pero como intervenir y  llamar la atención a los que cobraron la liebre, si el dueño de los sabuesos no la había tirado.
En el coto no se tenía dividido la caza de de la liebre y de la perdiz, por ello  me  conto que  no intervino.
Habíamos descansado un rato y conversado  sobre   lo me habían  dicho Toñin  y  que yo contaba, nos levantamos  y bajamos a las tierras donde se habían retirado los  cazadores  y los  sabuesos  .
La Dina y el Toño , habían estado en todo momento junto a nosotros, como si se hubieran dado cuenta de lo  que sucedía, pendientes del   sonido que emitían aquellos perros. Nos separamos  en ala treinta metros  y nos dirigíamos a donde teníamos el coche, daba la impresión de que se nos habían acabado las ganas de cazar por hoy, la Dina que iba con ella se ha quedado puesta en una lindera, la ha arrancado una perdiz y me ha avisado mi mujer, venia en mi dirección
DIA DE FORTUNA
Al segundo disparo ha caído, el Toño me la ha cobrado, en esto que llegaba mi señora y Dina
Nos hemos abrazado, la he dado las gracias, me traes suerte.
La hemos guardado en el chaleco y nos encaminamos en la misma dirección, cuando pasábamos por el lugar donde se había levantado la perdiz, los perros se han tocado mucho y la digo, nena mira que si esta por aquí la pareja, los perros seguían tocándose, salimos de la lindera de la tierra  a la pista, sin más.
Los perros por delante de nosotros, y el coche a unos treinta metros, estaba  quitando los cartuchos  cuando me dice, mira la Dina, yo creo que esta puesta.
Arranco corriendo, cargo dos cartuchos  me acerco, meto el tercero, me abro para un lado
Había unas cuantas ulagas (un escajo) muy propio de Castilla  que les gusta mucho a la perdiz para criar .La perra no se movía yo no veía nada, pasaba el tiempo y nada. En esto que me llama Mila y me dice vamos que no hay nada.
Lo que es disfrutar de buena compañia
El nada fue como un resorte, a menos de un metro mío, voto un pedazo de perdiz que me asusto, tiro para arriba como un cohete, tiempo que medio para cubrirla y abatirla de un buen
Disparo, seca. No fui a cobrarla fui a darle un beso a mi chica,  la digo, siempre que vienes
Me das buna suerte. Solo teníamos una  tarjeta del coto y una escopeta, fue mi primer año sin mi padre.
Llegamos al coche y como habíamos cobrado las dos de cupo, guarde los trastos y nos sentamos a comer.
El día fue redondo, como lo contado  de  la otra Salida, con la salvedad de que hoy tenía algo para mostrar, y algo para  reflexionar  del comentario sobre los cazadores de liebre
Un dia perfecto
 Hoy los perros  (posiblemente los mismos perros de que hablo) no  habían ni levantado ni mordido .Cuando la levantaron  la otra vez  se la cobraron otros,  debemos ser más personas, no todo debe valer .
 No he olvidado el relato y he pensado  alguna vez  cómo pudo ser  la escena de la cacería  de la liebre.


Post realizado por Jesús  José

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Contador de Visitas