TODO ES
CAZAR
FALLO TRAS FALLO Y NADA COBRADO
OTRO
DIA SERA
Días fallones, víspera de éxitos, esto es de obligado cumplimiento, todos en algún
momento
Hemos tenido un día malo, alguno algún día más.
Lo importante es disfrutar con ellos - nuestros Soldados |
Ese momento de la
mañana que te parece que puede ser para recordar, que tus soldados
están muy atentos, deseosos de emprender la búsqueda. Mi padre
estaba diciendo, que me adelantara, para poder sacar él sus dos perras para que no se fueran todos con migo.
Teníamos, cuatro soldados, el Sr. Santamaría salía con la
Noak una Epagneul Frances , y Cleo una Epagneul
Bretón. Yo con un Braco el Tristón y Lis una Perdiguera.
Mi braco Tristón y mi perdiguera Lis |
Normal mente, la perdiz la solía cazar con un perro durante
dos horas y volvía trascurrido ese tiempo a por el otro.
En una entrada, comentaba el problema de la altura en ciertos
cazaderos que rondan los 1000 metros
sobre el nivel del mar, la mala
oxigenación agudiza el cansancio y a última hora cuando las perdices se amagan,
el perro tiene que estar fresco y seguro.
A un cuando el trabajo duro lo haya realizado otro antes.
El coto contaba, con una zona arrendada, y la otra,
para los propietarios y residentes, teníamos
un poco de todo, conejo, perdiz,
liebre, y alguna becada ya avanzado el invierno.
Nuestro cazadero, la zona de propietarios y residentes, contaba con tres laderas, donde predominaba
las encinas, el suelo cubierto de brezo y ulagas. En ese tiempo había un número adecuado de piezas, a
tal extremo, que era el espacio sobre el cual se hacia el estudio cinegético de
todo el Coto. Lo cazábamos siete escopetas.
Yanco un gran danes y mis dos bracos Dina y tristón y Lis mi perdiguera |
Ese día me
encamine a la linde del coto, para dar
una mano a las perdices, más de uno hemos pensado como son tan listas que saben
cuando están dentro o fuera del cazadero, como si conocieran donde están las tablillas y su función.
Antes de llegar al final de la ladera había una cárcava
donde los conejos se sentían como en
casa, tenían unas huras de cientos de años, cuando pegaba el sol tan bien te podías
encontrar con las perdices, o la liebre.
Cuando iba andado, por un camino marcado por los
tractores al bajar la leña, y mi braco Tristón
Se encontraba mateando a mi derecha, en esto que me ha
arrancado una liebre del borde del camino, la he tirado tres tabanazos, y a
criar. Ha llegado el perro, salió
corriendo detrás de ella.
Al rato ha vuelto como diciendo, esta bueno, este perro he
contado que era muy particular, y tenía mucho carácter y una personalidad única, solo cazaba con migo, y cuando lo dejaba al
compañero.
Reanudamos la marcha y cogí la línea de las tablillas, el Tristón
había cogido el peón de las perdices y se encontraba unos cuarenta metros
dentro del otro coto, me estaba haciendo la mano.
Pasamos la zona completa de los conejos, y teníamos unas
matas de encinas conjuntas de los dos cotos, la cazaba el primero que llegaba,
el Tritón estaba clavado, su muestra me indicaba que las perdices estaban
cerca, he salido al claro, tres perdices
arrancaban en el límite de tiro
solo me dio tiempo de un disparo, el mismo resultado, nada.
De mi padre no sabía nada, seguí dando la línea de las
tablillas, el perro cazando muy bien. En el transcurso de la mañana había visto
tres perdices y una liebre y cuatro
disparo.
He bajado a una vallejada, con una junquera con agua, el
Tristón se detuvo a beber, yo seguía,
andando, sin más me
ha arrancado la liebre, dos disparo y nada. El perro asustado, mirándome, como preguntando ¿Que ha pasado ?, ¿ A que has tirado?.
La mañana se complicaba, mucho ruido, nada que colgar, en
esto que se han presentado mis dos perras, a lo lejos venia mi padre. Le he contado la mañana tan
desastrosa que llevaba .
El había tirado a una perdiz, se le había ido. Hemos acordado, una vez que
las perras me han visto, ir juntos en dirección al remolque, para sacar a la
perdiguera.
Zona de ladera de perdiz |
El se desplazaba, por la orilla de una tierra,
yo arriba por media ladera, los perros, los tres delante de nosotros a
buen ritmo, en esto que me ha saltado una liebre de los pies, la he tirado dos
fogonazos en tres metros, cuando he querido enderezar mi posición y efectuar el
disparo que me quedaba, la he perdido de vista, han llegado los perros, mi
padre preguntándome que a que he tirado, no daba crédito a lo pasado, tres
liebres, o la misma tres veces siete tiros, y
a criar.
Pues eso no es todo, a un tire a tres perdices mas, había
tirado a siete piezas, el doble de disparos, y lo único positivo el almuerzo
que había preparado mi madre, costilla frita seca, y tortilla de patata. De
postre nueces y mandarinas.
El Tristón estuvo una semana sin hablarme.
L a semana siguiente a este desastre, siempre te crea dudas,
unido al cachondeo en el trabajo de los clientes, de los amigos, una vez que los había contado todo lo sucedido.
Desde que se me había olvidado el disparar, a que menudos
soldados tenía. Yo aguantando estoicamente todo lo que me venía.
El Tristón era unico -si le fallabas mucho - se marchaba al coche |
La verdad es que los tenía muy mal acostumbrados, los
domingos se presentaban donde trabajaba,
venían a contarme su salida, lo
acontecido, y yo tenía que enseñarles las fotos de la cacería del Jueves. Por
eso tengo tanto material fotográfico, son 20 años los que trabaje de camarero,
en el mismo sitio y la mayoría de las salidas las fotografiaba.
El Sr. Santamaria ,Tristón y Noak, la Liebre y un conejo y... |
Pues nada, siempre realizo el mismo recorrido envolvente de la línea de tablillas del coto,
para meterlas en las zonas de matadero, me acercaba al cárcavo de los conejos,
hoy el Tristón me ha puesto la liebre, que la he cobrado de un solo disparo, al
rato he disparado a un conejo, que ha hecho la trescolita, una frase que
empleaba mi padre cuando dan dos o tres botes ,la mañana se presentaba
inmejorable, no solo por lo conseguido, más bien por lo bien que me lo pasaría
mostrándoles las fotos de las piezas.
Digamos que hace más de treinta años, hacíamos estos post y sin saber que hoy sería
una forma muy usual ,sin
distancias ni fronteras
Solo pensaba en el Domingo |
La liebre siempre he pensado que fue la de la semana anterior,
no puedo certificar si es la misma la
que me salió tres veces, pudiera ser,
todo sucedió en un radio de doscientos metros.
La mañana transcurrió con normalidad, mi padre tiro a dos perdices, pero lo que realmente
había cogido eran tres kilos de setas de pie azul, nosotros las llamamos de tronco azul, las había metido en el
chubasquero.
Noak y mi padre |
Cuando miro estas fotos, el tiempo que ha pasado. Me doy gracias por ser tan apasionado ya
en aquel momento y realizar las fotografías, que gracias a ello, lo vemos hoy
Post realizado por Jesús José
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