Cielo y Tierra Fotografias con Alma

viernes, 7 de agosto de 2015

LA FUENTE DE LA ETERNA JUVENTUD...MITOS Y LEYENDAS HISTÓRICAS DEL VALLE ENCATADO--EN LA CUENCA DEL RIO EBRO



EL MITO.


Dentro de un bosque y ascendiendo por la orilla del río..

LA FUENTE DE  LA ETERNA JUVENTUD.


Su localización

MITOS Y LEYENDAS DEL VALLE ENCANTADO
  


La realidad supera la ficción 

EN LA CUENCA DEL RIO EBRO



Recordada..cuidada..y protegida..

La fuente de Secada de aguas SULFURADAS.


 
Dos veces al año se comprueba la temperatura y estado general



Viene de boca en boca una  historia de la FUENTE DE SECADA   un manantial  con efectos curativos.



 Cuentan  se dé una familia compuesta por un herrero y su mujer que era alfarera.
Pasaba el tiempo,  no tenían familia…
La alfarera ya rondaba la treintena
Y se temía lo peor…no tendría descendencia.
Una tarde lluviosa, recalo un apuesto caballero.
Lozana y de buen ver, la alfarera se lo pensó.
Le rondaba en su cabeza, que su marido por su oficio no podía darle descendencia…
Con lo cual, le pIdio los favores al forastero, el cual con agrado se los dio.

Paso el tipo.
 Una niña rubia y con ojos azules llego.
Era la alegría de la fragua y del torno….mas solo había un pero.
Nació con un estigma, en su carita, / lo que hoy llamamos psoriasis /.
A medida que la niña crecía, su carita alegre se marchitaba.

Cosas de la vida y del destino; un día poso por la alfarería, una buena señora.
Cuál fue su sorpresa, una preciosa niña  que la recordó, a una de sus  nietas.
Cuando la niña se volvió, la sorpresa fue a un mayor, la marca de la familia / la psoriasis /
Y pensó, es   hija de alguno de mis vástagos.
Se acerco a la madre… la dijo….te mandare a una persona con  un cántaro  con agua  para que laves la cara de tu hija…
Y su aspecto mejorara.
A sí fue…
Durante un tiempo, les llegaba una visita, un cántaro de agua olorosa  a cambio de un cuenco u otro utensilio de los que la familia fabricaba.
La joven gano en belleza
Durante un tiempo  la fragua y la alfarería fue visita obligada por una gran parte de los jóvenes del entorno, para ver a  la bella joven… … pedían agua….todos tenían sed   .
Pero un día.
 El agua milagrosa  dejo de llegar, las alegrías, se tornaron en tristezas.
La cara bonita de la joven día a día se marchitaba   y la tristeza invadió a la familia y el lugar.
La mala noticia pronto se propago.
 La joven se acercaba a los veinte años, sola  y sin pretendientes…… en su rostro  el deterioro  / la psoriasis / avanzaba.
Un buen día  recalo un joven por la fragua  y pregunto por las piezas de alfarería.
La joven, con velo y mirada  recatada le fue mostrando…
Cuando el  viajero quiso adquirir  un cántaro especial, la joven alfarera le miro de frente…
El la pregunto, que forma tan especial  tiene este  cántaro, ¿por algún motivo esta forma?
La joven se  echo a llorar….y contó la historia de la señora que la visitaba  y la llevaba el  agua curativa.
Ante tal situación, el joven  que había oído de su tristeza;  se presento,   manifestó que la persona que llevaba el agua era  su abuela.
La sorpresa fue tal, que la actividad familiar se paralizo durante toda la jornada…todos se preguntaban.
¿Sabría el joven donde estaba el manantial?
A la mañana siguiente,  cuando el joven se despertó, se encontró con que la familia le había preparado  un hatillo, con la mejor  ánfora,  los mejores cuchillos y cucharas.
Nadie se atrevía a hablar.
Todos se miraban.
El joven ya de oídas sabia de la belleza de la joven, pero al verla se había quedado prendado.
Tomo la palabra y manifestó….
De pequeño mi abuela me llevaba por un bosque y ascendíamos por la orilla de un río…El bosque lo conozco, el rio se cual es….pero he olvidado el lugar exacto de la fuente.
Tomo la palabra el padre de la joven, tu comportamiento ha sido ejemplar, se nota que has venido a sabiendas de la situación, pareces un joven honesto y te confiamos a nuestro mayor valor.
Nuestra hija.
Los jóvenes partieron, llegaron al bosque, el bosque había crecido, y el rió empequeñecido.
El ascenso fue brutal, arañazos, mosquitos, subidas,  bajadas  y sin saber su final.
Cansados y exhaustos se sentaron, no podían mas, hablaron cuatro palabras, y al momento los invadió un olor  especial…era el olor del agua del manantial.
Corrieron a su encuentro,
 Esperaban algo más,
 Una pequeña fuente con un hilillo de agua por más.
La joven  con sus manos  y sin pensar 
Tomo agua de la fuente  solo para refrescar….
¿ Seria ?  ¿ No seria  ?
Se volvieron a sentar…
Comieron y descansaron.

Justo al incorporarse
 El joven pudo observar
 La mejoría / en la cara de la joven /
 Y su corazón palpitar…

Lo habían encontrado…
Era el manantial…


Tenéis sed

Relato realizado por Jesús José Santamaría.



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