domingo, 30 de junio de 2013

LA CODORNIZ La deseada





LA CODORNIZ


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                                                       no tiene sangre azul


                                                       no es aristócrata


                                                       pero sí,  muy deseada.



Su  caza  y el número de piezas  cobradas son la referencia,  la toma de temperatura a la  temporada,  en la mayoría de cazaderos de toda España.


Todos queremos un buen inicio.


Si que es cierto que hay zonas donde hace tiempo esta pequeña ave no las visita, pero no menos cierto que alguna siempre llega, solo que hay que variar  los sitios donde buscarlas.



No siempre hay estos parajes.
El cambio de orografía, cultivo, la escasez   de agua en algunas zonas /como  consecuencia del avance de la desertización en muchas zonas de España/ junto con  (el cultivo de regadío) todo ello ha  contribuido a un cambio de pautas de conducta, la hemos cambiado el habitad.
La Codorniz,  conocida en muchos sitios como la pequeña  visitante Africana, en mis muchos años de patear por esos campos de Castilla, he notado la variación en su comportamiento, hay que buscarla en los sitios menos esperados.



Donde el arado no puede llegar  y gracias..
 Siempre la  hemos buscado en el rastrojo a primera hora del día, esos tornillos de trigo, de centeno eran sus predilectos, en su ausencia, la paja de cebada cubría su  cabeza.
Con esta agricultura integral, donde no se deja nada en la tierra  no les queda otro sitio que buscar otro habitad.



Un perdido
Este ave tiene muchos recursos, pero nosotros le hemos limitado su recorrido, solo la queda los pocos  arroyos, las fincas de girasoles, patatas,  la incorporación a buen ritmo de plantaciones de maíz, el poco monte bajo y las cuatro laderas propias del habitad de las perdices.
Qué extraño, pero cada vez  es  más frecuente ver al cazador en las laderas /propias de la caza de la perdiz/, en plena media veda  cazando entre cuatro Pinos ralos,  media docena de árgomas o ulagas  quien  lo diría tristemente es el único lugar que les queda.
Los que hemos conocido, linderas, pistas de servidumbre  con buenos hierbazales, aquellas junqueras  que al medio día te ajustaban la percha, ya no queda ninguna donde cobijarse.


Y por que no nos lo podemos llevar
Toda las fuentes o manantiales están canalizados o entubados , la mayoría  subterráneos.
Es de justicia decir, que la codorniz, con las gotas de rocío  en los cañones del rastrojo siempre ha tenido suficiente, pero lo triste es que el rastrojo  ha pasado a ser cuatro cañones  aislados de cereal, los arroyos cada vez más aislados en la distancia, y con  ello menos cobertura vegetal.
Es que no queda ni cardos, ni grandes ni pequeños, con esos productos que eliminan todas las malas hierbas solo quedan  terrones.


Este es el panorama que nos encontramos.
Pues salir hay que salir, siempre quedara  alguna,  los ánimos si nos pueden faltar, pero  no somos solo nosotros los importantes, tenemos unas obligaciones y esas obligaciones son nuestros soldados.
Ellos no entiende ni de climatología ni de si se deja o no dejan  paja en las fincas, lo suyo es salir y darlo todo, búsqueda tras búsqueda  de una forma generosa, nosotros dentro de nuestros conocimientos le indicaremos donde pueden haberse instalado  una vez que las fincas están como un solar.
Ahora cuando uno inicia la temporada lo primero que tenemos que tener en cuenta, que el primero /el cazador/ que llegue al arroyo o la lindera se topara con las cuatro que se han quedado. Claro que en función de la destreza de nuestros soldados cobraremos  más o menos de las que encontremos   a nuestro paso, pero son tan pocas y tantos a mirar esos cuatros sitios.


Esto ha pasado a ser leyenda...
La propia naturaleza nos mostrara su presencia, si hay cuatro tornillos de paja, y algún ave rapaz sobre volando la zona, tendremos que tener muy en cuenta  esta situación y esmerarnos en mirar bien la zona.
Si la zona mirada esta en zonas altas de paramos o llanos a media ladera, tan bien lo tendremos en cuenta  a mediados de la apertura de veda, y lo visitaremos de nuevo, pues como bien sabéis se producen  movimientos de migración / con luna / y suelen  detenerse en estas tierras altas, sobre todo si son de trigo /comida /. Se dice que ellas detectan el olor de los cañones del rastrojo  /se les llama (cañones) a lo que queda del tallo una vez segado /de trigo junto con el rocío.
Si la ausencia de paja es total, solo nos quedara mirar lo que queda de rastrojo en fincas de trigo y centeno  si está un poco alto, queda la posibilidad que por la mañana y al atardecer este alguna comiendo.
Las pocas linderas y arroyos seguirán por este orden nuestra búsqueda. Si  hay tierras de girasoles, siempre nos dará alguna sorpresa bordeando todo su perímetro, incluso con una segunda vuelta.  La codorniz, aun cuando su vuelo se ejecute hacia  el  centro del sembrado, su tendencia es orillar, por ello las podemos levantar en una segunda pasada.
Los pocos roturos  y fincas denominados  perdidos, serán las siguientes a visitar, siendo su visita obligada, una vez a la semana. Su dificultad radica en haber mucho cardo, suponiendo mayor dificultad, para  que el soldado pueda  localizar la presa.
Los pocos montes bajos, zonas de empedrado o lastra, plantaciones de pinos /próximos a las fincas cultivadas/.
A medida que la jornada avanza y el Sol se hace notar, podremos acercarnos a las pocas zonas con humedad, junqueras, próximos a manantiales o zonas de riego. En cualquier sitio y lugar nos podemos topar con su presencia. Nuestros perros serán los encargados de localizar su presencia a su paso y nosotros ser diestros en culminar el lance. Tenemos que mirarlo todo, no nos quedara mas remedio, si hay robre-encina, buscara sombra en  ellas /sus matas/.
Es tan escaso  el lugar donde pueden mantenerse bajo cobertura, que en  las cuatro matas de cunetas  de  pistas y carreteras también  las podemos en contar.
Los cuatro espinos /majuetos/ , endrinos, zarzales bajos, de mora de tres granos, son otros de los lugares  donde nos pueden sorprender, primero al tropezar nosotros, convirtíendose  en trampas al andar, las puntas o nuevos tallos,  han vuelto a enraizar.

Cuatro flores que la maquinaria a dejado.
Y si con todo no hemos dado con ellas, nos pasaremos por las pocas linderas de praderías,  junqueras, junto con  mirar las cuatro matas que queden en fincas de esparceta y alfalfa u otro forraje.
Si queda alguna Codorniz, daremos con ella, sino es hoy puede ser dentro de dos días.
Tenemos que salir.


Este dia solo tocaba la muestra - dia de fotos....VD.Canduela
Siempre queda alguna.


Ellos /nuestros Soldados / dependen de nosotros, y de nosotros depende hacer de ellos unos buenos soldados.


Post realizado por Jesús José.

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