Mis inicios como Cazador
. Que importante es tener una infancia Feliz
Por Jesús José.
Tendría yo, seis años,
vivía en la falda de esa montaña
, donde nací ,la Peña Amaya. Mi padre , como
cazador y como padre sabía lo que a mí más me gustaba. Si podía, me traía algún
igualón de perdiz , o cogía alguna a
lazo,(en él nido)con un lazo de pelo de la cola de una vaca y una estaquilla
de palo, como soporte, me
llevaba a colocarlos y a revisarlos. Que belleza ver esas perdices, nunca se
nos ahogo ninguna, mi padre tenía una
jaula, donde siempre teníamos alguna ,( como yo actualmente) ,dos , recuperadas
por (Diana), heridas, de la semana
anterior ,a una le falta un trocito de pata , la otra tiene una ala rota. De
eso hace un año y pico. Están preciosas, las tengo como oro en paño, no las
falta de nada.
En el pueblo donde nací, Puentes de Amaya, Hoy desaparecido, solo en la memoria de los que allí hemos nacido y vivido. La única actividad que teníamos, era ir a la Escuela. En invierno llevábamos una lata de ascuas encendidas, para paliar el frio en una única habitación , donde nos enseñaban a leer y poco más ,con mi edad.
Por la tarde ,o los días que nevaba mucho y no había que ir,
desde la ventana de la cocina, con una cuerda , una Gária (un horquillo para la
paja ) , que tenía una red, (como un retel de pescar ) y una caja de galletas ,poníamos
dentro trigo ,y algo de pan, mi padre y yo atrapábamos , gorriones, solo por el placer de
tenerlos en la mano y luego soltarlos. Mi
madre hacia unas rosquillas, inolvidables, las llamábamos las borregas.
Y las tareas ,propias de un niño de seis años .Como mi afición era tan desmesurada, que
mi padre termino por prepararme un tiragomas, y me prometió, que cuando tuviera
edad, me compraría, una escopeta de perdigón. Cuando había poca nieve,
colocábamos cepos para cazar , tordos, que vivían en el campanario de la Iglesia. Utilizábamos
unos gusanos,(Orugas)
Que vivían en los troncos secos de las zarzas.
Cuando salía al campo, con mi familia a los quehaceres propios de la recolección, de los cereales .
Que era en la época de la caza de la Codorniz, todo mi afán era buscar, las vainas de los
cartuchos, de cartón, y guardarlos como
un autentico trofeo.
En una de estas salidas de búsquedas de trofeos, cobre mi
primera Codorniz. Vi como se voló y
Vi donde se dio.
Ese día estaba cuidando, las vacas, y por ello llevaba un
palo de roble encina, muy curioso por cierto. Los niños , de una edad parecida,
jugábamos también al jóquey sin saberlo con nuestros garrotes, muy
parecido a los actúales, con los que se
juega en hierba , de pelota, un canto de
Rio. Realizábamos nuestros partidillos.
Pues me encamine al
tornillo de paja, donde se había posado la codorniz, salió volando y la tire el
palo, y con tan buena suerte la mía, la
rompí el ala.
Fijaros mi trofeo y el contento de mi padre. Estuvo en casa,
en una caja de galletas, la dimos lo que se les daría a las gallinas, me
imagino, pero falleció.
Mi padre, era un hombre muy observador, me vio como estaba y no me dijo nada , como hombre de campo, veía sin mirar.
Sí, es una forma de definir, el que todo cazador que se precie,
debe hacerlo , tendrá la mirada a la
lejanía y solo fijara la vista a
cualquier movimiento, o vuelo. Siempre te da más tiempo de reacción, que si vas
con la cabeza mirando al suelo.
Localizo, un nido de Perdiz, en una Ulaga ( un escajo
), al lado de la tapia del Campo
Santo ( Cementerio ).
Todos los días me llevaba a verla salir , y cuando no estaba
,yo iba y contaba sus huevos.
Saco doce pollos, era
una gozada correrlos, los tenía a menos de cuarenta metros de mi casa
Y cuando mis padres, no me veían, no tenían más que darme
una voz.
Ya sabían dónde
estaba.
Ese bando de perdices, tenía un nombre, el bando de la Viñuela , del camino de Balde Amaya, no me
preguntéis porque.
No sabría responderos, quizás , algún vecino, en ese alto tuvo una viña o cerca, donde se movían ellas,
es muy propio dar motes o lugarismos , como forma de identificar un suceso ,o algo
que aconteció, o existió en ese lugar.
Como recuerdo
esos momentos ,
porque aun cuando ha pasado el tiempo ,(cincuenta años) fue ayer. Un
poco que recuerdo, lo que mi padre me contaba , cuando íbamos de cacera, como
me gustaba que me lo contara, y algo más que ha ratificado mi hermana.
Mi padre, las dio
buenas carreras, de la Viñuela, al Peral, del Peral al Arenal, del Arenal al Hoyo, del Hoyo a la
Fuente del Barrio y de la Fuente del Barrio, a la Viñuela, nada menos que con el Señor Cura, Don Javier, (que también era cazador y
compañero de caza de mi padre) , que me Bautizo y me Caso, fijaros si lo mío , no viene de cuna
Ya de adulto, por qué mayor soy ahora, ya las di algún recorrido que otro, cobrando en su día,
algún ejemplar, bravas bravas , eran
esas Perdices. Luego, como en la mayoría de los Cotos, primo el negocio, y que aparte
de mermar considerable mente su población
, se soltaron algunos ejemplares y se produjo algún mestizaje.
Que os parece la pinta de cazador, que tengo en la foto.
Realizado por Jesús Como os había prometido de vez en cuando,
os contare un Cuento, eso sí de Caza.
Lo llevas en la sangre, eres un "bicho de monte" dicho con todo el repeto. Como me gustaría vivir más cerca tuyo y echar cuatro tardes en el monte.
ResponderEliminarSeguro que aprendería más que en cuatro años de universidad.
Un abrazo figura.